miércoles, 20 de junio de 2007

El burdel de Juan Soler

La decisión tomada por el presidente del Valencia C.F. de dejar fuera del club a Amedeo Carboni en favor del entrenador Quique Sánchez Flores es una decisión que colma el vaso de lo tolerable dentro de la gestión deportiva de Juan Soler, la cual se está presentando como improvisada e incoherente. Tras la destitución de Carboni, ya son seis los directores deportivos que ha puesto a cargo del Valencia C.F. en los a penas tres años que lleva en el club y los mismos que ha acabado despidiendo: Pitarch, Claudio Ranieri, Antonio López, Eduardo Macià, Javier Subirats y por último Amedeo Carboni. Prácticamente toca a un director deportivo por temporada, así que seguramente ya sabemos la fecha de caducidad del próximo director deportivo que tenga la valentía de someterse a las órdenes de Juan Soler. Esta estadística es el mejor ejemplo de que el proyecto deportivo de Soler para el Valencia es absolutamente nulo, puesto que es imposible que un club pueda evolucionar cuando cada año cambias las semillas que puedan comenzar un crecimiento deportivo del club a medio plazo con el objetivo de convertirse en el mejor de Europa. Sencillamente de esta forma es imposible que el Valencia avance, sino todo lo contrario, está provocando que el Valencia retrocese en la faceta deportiva.


Ahora mismo el Valencia C.F. está lejos de ser un club con una gestión seria, aquel hombre que prometió la paz social a la afición valencianista no solo ha faltado a su palabra con la afición sino que además ha puesto en pie de guerra a toda a la afición dividida en partidarios de Quique y partidarios de Carboni. Por lo menos, cuando sufríamos a Paco Roig, este agitaba el entorno desde fuera del club, y con Juan Soler el terremoto está dentro del equipo, así que estoy empezando a pensar que Soler pueda ser más nocivo para el Valencia C.F. que Paco Roig en su día. La poca seriedad que caracteriza hoy en día la gestión del Valencia hace que el club cada día se parezca más a eso, a una casa de p****, es decir, el burdel de Juan Soler. No solo ha trastocado gravemente la evolución deportiva del equipo sino que continuamente desde que llegó ha cambiado la estructura administrativa del club: hacía justo un año que Juan Galiano ostentaba el cargo de director general del club cuando en una supuesta mejora administrativa el máximo accionista valencianista ha dejado fuera del club a Galiano y ha dividido su trabajo en cinco parcelas diferentes, hasta que este señor se canse o pierda la confianza y las vuelva a cambiar. No solo campa a sus anchas por la sede del Valencia C.F. sino que ha osado a engañar ruinosamente a la afición, cosa que jamás había visto hacer a un presidente del Valencia. Toda la afición estaba expectante al día 30 de junio para conocer su veredicto y no solo no anuncia un veredicto premeditado sino que es totalmente improvisado y cuando a él le ha parecido bien anunciarlo.


Vencedores y vencidos
Esta situación ha dejado a unos vencidos, los partidarios de Carboni que se sienten desilusionados y engañados por el equipo de sus amores, y que no dudarán en saltar a la más mínima cuando los resultados no funcionen señalando directamente a Soler (porque el escudo personal de Soler, que era Carboni, se lo acaba de fulminar de encima); y también hay unos vencedores, los partidarios de Quique que ahora hablarán de la valentía de Soler por esta decisión y lo correcta que ha sido cuando se han pasado el día criticando cada paso que daba el presidente. Y no solo no es una decisión valiente, sino que es una decisión de una persona cobarde y miserable, porque no ha hecho más que ceder al chantaje de su propio entrenador. Una amenaza de dimisión le ha bastado a Quique Sánchez Flores para hacerse con la suya y conseguir más poder deportivo en el club, que se traducirá en un club que va a quedar en manos de un personaje ruinoso que actúa como representante y que se hace llamar Quilón. El mismo que ahora ordena y manda en el Atlético de Madrid y que tiene vía libre para hacer lo mismo en el Valencia gracias a que la poca valentía de Soler le haya hecho ceder a las peticiones de Quique y quitarse de en medio al mejor director deportivo que ha tenido el Valencia en años, un tío que no cedía a las monstruosas comisiones de representantes, un tío que miraba por el bien del club, un hombre que quería hacer un Valencia más grande a base de esfuerzo y de traer los mejores jugadores al mejor precio. Un director deportivo que ha sido el que mejores ventas ha conseguido de los muchos que han pasado. Carboni era el único punto que existía para volver a encauzar las bases de una Valencia campeón bien gestionado deportivamente, y por culpa de Soler, ahora está fuera del Valencia. Pero este presidente podrá tener todo el dinero y acciones que quiera, que la afición es la soberana, la única capaz de poner y quitar presidentes del palco.

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